Sergio: On the road again


Me toca presentarme. Soy Sergio Bess. Mi apellido en realidad es más largo; pero como insisten en que el tamaño no es importante y como manifestación de un acto de piedad para los que tienen que leer y/o escribir mi apellido, decidí quitarle unas nueve letras.

Nací hace 44 años en Beccar con el apoyo incondicional de mi madre. Soy Licenciado en Educación y Maestro de Primaria.

Empecé con la música por accidente a los ocho años de edad. Mi hermano mayor tomaba clases de guitarra en casa y yo espiaba por el ojo de la cerradura. Así fui viendo como se ponían los dedos en las cuerdas. Cuando el profesor se iba, quedaba la guitarra sobre la cama y yo me infiltraba para repetir los ejercicios que le le enseñaba a mi hermano. Y así aprendí a tocar la guitarra. Luego vinieron las eléctricas en una etapa más experimental y autodidacta. Como en mi familia les importaba un cuerno que yo sepa música nunca me mandaron a aprender, así que fui autodidacta hasta los 18 años, momento en que pude pagar mis propios estudios de guitarra en el Conservatorio De Caro de San Isidro, de la mano de la Profesora María Ester Jimenez.

El recorrido estilístico pasó desde Palito Ortega (no es algo de lo que me guste hablar) hasta Pink Floyd en una hipérbole que marcó fuertemente mis gustos musicales.

Un día le prestaron a mi hermano unos discos nuevos que yo escuchaba a escondidas, porque no le gustaba que tocara sus cosas. Esos discos eran Wish You Were Here de Pink Floyd, Machine Head de Deep Purple y Selling England by the Pound de Genesis. La vida y mi mente no fueron las mismas desde ese momento. Lo siento por Palito y Sandro. Mis gustos musicales están íntimamente ligados al rock sinfónico y progresivo, al jazz, fusión smooth jazz y cualquier cosa que esté hecha con sentimiento y calidad.

Integré varias bandoides que no llegaron a mucho. Pero la última gran cosa que pude hacer en grupo fue Worms, una viejo proyecto de mi adolescencia que se pudo se materializar en parte a comienzos de los '90 tras un llamado de Diego a integrar una banda a la que le faltaba un guitarrista. La misma pasó por varias etapas hasta que finalmente el proyecto quedó trunco. Luego de varios años de inactividad en la música me reencontré con Diego en un conocido shopping de la zona de Martínez y quedamos en volver a tocar.

Heme aquí ahora nuevamente entre amigos y con el placer de disfrutar de la compañía y de la alegría de tocar lo que sea, pero de hacer música al fin.

Espero que ustedes disfruten igual que yo de nuestra visión de la música y de nuestra compañía.

Y, si no es así, Disculpen la Molestia.