Hoy googlié "Disculpen la molestia". Para mi sorpresa, no aparecieron nuestras fotos, cds y biografías. Después de ver mil personas pidiendo perdón por motivos diversos y de distintas maneras, apareció esto:
Juan José Delaney:
DISCULPEN LA MOLESTIA
Su nombre también se ha perdido. Aunque no interesó en su tiempo ni nos incumbe tampoco ahora. Sabemos, eso sí, que vivió en una época en que los hombres y las cosas eran numerosísimos e importantes. Hijo de la libertad campera, joven se llegó a la ciudad donde en contadas ocasiones se lo oyó hablar. "Disculpen la molestia" solía decir antes de internarse en una conversación o en un asunto cualquiera. No es difícil que ya nadie lo recuerde. Como tantos, ignoraba muchas cosas: el sentido de la vida, su propio destino y también el carácter común de su historia. Murió mientras tomaba un refresco en un bar de la Capital. Al desgallecer el vaso cayó de su mano. Algunos afirman que se rompió; otros lo niegan rotundamente.